sábado, 30 de enero de 2010

Agua en Buenos Aires (como en Melincué)


0330 hs
Después de tantos días de calor agotador llueve en Buenos Aires. Bajo la temperatura y hasta hay viento. El clima subtropical que nos tocó este verano nos muestra la cara que vemos amable a la fuerza. Agradecida y con una sonrisa metí los pies en el agua que llegaba hasta la puerta de mi patio y salí a disfrutar como con toda buena lluvia de verano. Fácil fue entender los festejos rituales de nuestros pueblos originarios ante el agua.
Mi cuerpo descanso un rato y mi mente volvió a la idea recurrente (aun más) desde que se instalo este clima atípico en nuestra ciudad: tenemos una muestra más de lo que esta produciendo el cambio climático, esta vez nos tocó a los habitantes de una de las ciudades mas importantes del mundo evidenciarla a pesar de los lujos y comodidades que nos supimos hacer. Y me pregunto ¿cómo resuena en la cabeza de los demás? Con una razón rebelde y joven me pregunto cuanto mas va a pasar delante de nuestras narices hasta que logremos un cambio de fondo. Por que es claro que este sistema no funciona, que no depende de quienes "tengan el poder" o el dinero. Son muy pocos, y sólo van a cambiar para cuando lo más valioso de su negocio sea nuestra existencia: la suya propia. Y no es difícil hacer cuentas, no necesitan a tantos de nosotros, de los que "no tenemos el poder".
Básicamente me pregunto, cuándo va a ser el día que empecemos a poner en jaque nuestro estilo de vida. Cuando vamos a prestar atención a las islas de saber (granjas, huertas, talleres, villas agroecológicas, etc) que se van gestando al medio y al margen de nuestras ciudades. Cuando vamos a tener los deseos de autogestionarnos en pos de una calidad de vida que no son el aire acondicionado, los productos tercerizados a la enésima potencia, un escenario de vida pre armada lista para comprar. Cuando vamos a poder vencer el alcance vano de la globalización para volver a nuestros barrios, y cuando vamos a ser fructífero el alcance positivo de estar todos conectados. Cuantos más de nosotros necesitamos desechar hasta sentirnos tocados y generar una crisis.
Si fuera activista de una ONG careta haría una campaña publicitaria que diga: “cambioOcambio: ¿Cuál va a ser el cambio de estilo de vida por cada desastre que presencies como consecuencia del cambio climático? Cambiá, estas pronto a ser abono, tus cuentos de sci-fi se estan volviendo realidad.”



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Para seguir pensando, un extracto de el siguiente link:
http://www.ecoportal.net/Contenido/Temas_Especiales/Pueblos_Indigenas/Pueblos_Originarios_una_Naturaleza_sin_Duenos

La "sustentabilidad" ya había sido inventada

"Para construir el camino que imperiosamente necesitamos deberemos apelar no sólo a la ciencia moderna sino, indispensablemente, al conocimiento indígena y tradicional ancestral", dijo Jorge Cappato, Coordinador Nacional de la Fundación PROTEGER - Amigos de la Tierra, a RENA.

Para Cappato "la cosmovisión del futuro, si es que somos capaces de asegurar el futuro, tendrá más que ver con la mirada holística y la cosmovisión circular -sustentable- de los pueblos originarios que con la mirada sesgada y cortoplacista que está en la base de la actual cosmovisión unidireccional ?insustentable- que nos lleva a un callejón sin salida".

El directivo de la reconocida y laureada ONG, aseguró que los pueblos indígenas y las culturas preindustriales aprovechaban los recursos naturales en algunos casos durante miles de años, "ejercitaban la sustentabilidad muchísimo antes que los actuales habitantes del planeta acuñaran el término. La tecnología preindustrial era y es, en la gran mayoría de los casos, una tecnología apropiada, conocedora y respetuosa de los límites y capacidad de carga de los ecosistemas naturales".

Las civilizaciones preindustriales -continuó- perduraron decenas de siglos. "Con su ocaso, la biosfera continuó su curso y restauró sus heridas. Por el contrario nuestro modo de vida actual, edificado sobre un recurso agotable, el petróleo, se desgarra con desmesurada violencia en el intento de controlar su posesión, mientras degrada el ambiente, las tierras cultivables y el agua de consumo y trastorna -con consecuencias impredecibles pero seguramente atroces- el clima del planeta".

"Incapaz de cambiar el rumbo hacia sistemas productivos basados en tecnologías apropiadas, la civilización global nos amenaza con la herencia de dejar un planeta más apto para la vida de las cucarachas que para los seres humanos. Existe por lo tanto una urgente necesidad de cambiar el rumbo", alertó.

"Afortunadamente está la posibilidad de hacerlo a través de la tecnología socialmente apropiada, un conjunto de sistemas, métodos, materiales, herramientas, conocimientos y prácticas que, en un importante número de casos tiene sus principales antecedentes en la tecnología tradicional. Es decir las técnicas creadas por las los pueblos indígenas y las culturas tradicionales que sustentaron y en muchos casos aún sustentan la vida de mucha gente en diferentes regiones del mundo".

"No estamos proponiendo una vuelta al pasado-aclaró- Pero sí considerar seriamente que así como no todo lo nuevo por ser moderno es mejor, ni seguro, ni eficiente, ni sustentable -y por lo tanto tampoco deseable-, no todo lo viejo o ancestral es inútil e inaplicable", finalizó Cappato.