martes, 21 de noviembre de 2006

Mensajes en una botella

Les adieux. "Adiós" ha sido, durante siglos, una fórmula vacía. Ahora, las relaciones han cobrado el mismo sentido. Despedirse es obsoleto. Dos personas que están juntos pueden separarse porque una de ellas cambia su domicilio; de todos modos la gente ya no se siente en su casa en una ciudad sino que, como consecuencia última de la libertad de movimiento, hace depender de toda su vida, incluso especialmente, de las condiciones más favorables que se le ofrezcan en el mercado laboral. Entonces, las relaciones se terminan, o pueden realizarse. Separarse de amnera duradera y amntener el amor se ha convertido en algo impensable. "Oh, separacion, fuente de todas las palabras", pero la fuente se ha secado, y de ella no sale más que "adiós" o "hasta pronto". El correo aéreo y el courier reemplazaban la ansiosa espera de una carta por simplemente problemas logísticos, aun cuando el miembro ausente de la relación no se haya liberado de algo que pueda considerarse verdaderamente un lastre. Los directores de aerolíneas pueden pronunciar discursos de quincuagésimo aniversario jactándose de cuánta incertidumbre y penas el avión ha ahorrado a las personas. Pero la disolución de la separacion es asunto de vida o muerte para noción tradicional de humanidad. ¿Quién podría seguir amando si ya no existe el momento en el que se percibe al otro ser corpóreo como una imagen q abarca toda la continuidad de la vida, como un fruto maduro? ¿Qué sería la esperanza sin la distancia? La humanidad era la conciencia de la presencia de lo que no estaba presente, que se evapora cuando se les confiere a todas las cosas no presentes el aspecto palpable de la presencia y la inmediatez, algo que sólo produce desprecio hacia los que no disfrutaban con esa simulación. Sin embargo, insistir en la posibilidad interior de la separación sería, ante su imposibilidad prágmatica, una mentira, porque lo interior no se revela dentro de sí mismosino solamente en relación con el plano objetivo, e "interiorizar" una exterioridad que ha desaparecido es violentar lo interior, que queda librado a alimentarse a sí mismo con su propia llama. La reconstrucción de los gestos seguiría el modelo del profesor de literatura alemana que, la víspera de Navidad, alzó a sus hijos dormidos para llevarlos un momento ante el arbolito resplandeciente para causarles una impresion de e infundirles así el mito. Una humanidad adulta tendrá que trascender positivamente su propio concepto de lo categóricamente humano. De otro modo, su negación absoluta, lo inhumano, saldrá victoriosa.


es de una compilación de Zizek, Ideologia, un mapa de la cuestión
el texto es de Adorno, la seccion IV de "Mensajes en una botella"
queria subir un pedazo del libro "el crimen perfecto" de Baudrillard, pero no lo encuentro... será mañana...

1 comentario:

El Canguro Estepario dijo...

lo que me vino a la cabeza cuando leí la primera frase:

Hay una sinfonía de Haydn muy simpática llamada "les adieux": los instrumentos dejan de tocar uno por uno y los ejecutantes se van retirando del escenario.

También hay una sonata muy linda de Beethoven que se llama "les adieux".

Cuando Mahler estaba muriéndose compuso su 9na sinfonía y para el primer movimiento tomó la melodía de la sonata "los adioses" de Beethoven.

Bueno, asociación libre de ideas.
besos, muy lindo el blog.