jueves, 1 de marzo de 2007

Lo que sale del alma

sobre al militancia

por Juan Manuel Ferrario
Biblioteca Alberto Ghiraldo, Rosario
juanmaferra@hotmail.com

Publicado en El Libertario, publicacion de la Federacion Libertaria Argentina, año 21 - nº 63, primavera del 2006. www.libertario.org.ar




¿Qué es la militancia? Y si partimos de que somos anarquistas, la pregunta sería: ¿Qué es la militancia anarquista? Y haciendo las cosas un poco mas complicadas aún, podríamos preguntarnos qué es el anarquismo. Y hago estas diferencias por que por algo somos anarquistas y no otra cosa. El anarquismo para mi es la filosofía y forma de vida más radical contra un sistema social, político y económico completamente criminal, perverso, suicida y decadente. Y el anarquismo, frente a esa realidad, propone una revolución individual y social constante, que exalta, por encima de cualquier otra ideología, la cuestión de la coherencia entre medios y fines. En el medio esta el concepto que motiva este escrito, que es la cuestión de la militancia.

Si comprendemos que el anarquismo es sobre todo un sistema de relaciones humanas, la militancia anarquista no es ni más ni menos que practicar día a día, en la vida cotidiana, el respeto mutuo, la igualdad, el compañerismo. Haciendo que cada una de estas palabras no sean solo palabras huecas, sino siempre acompañadas por una acción coherente entre lo dicho y lo hecho.

Una vez escuche decir que el “verdadero” anarquismo era aquel que ejercían ciertos militantes que iban a “los barrios”, cerca de “lo popular”, “en las bases”, y peronismos populistas parecidos*. Lo gracioso es que yo soy de un barrio de Rosario, y quienes exhortaban a ir a los barrios eran personas que vivían en el centro de la ciudad.

Creo que con este discurso de ir hacia los barrios, de estar con los piqueteros, con los estudiantes en la lucha, etc, si uno no es parte del barrio, o no es piquetero, ni estudiante en lucha, en realidad se esta escondiendo escondiendo un engañoso sentimiento paternalista hacia sectores mas o menos marginados, que necesitan de nuestra “iluminada” presencia para emanciparse, y además, se hace evidente un marcado sentimiento de culpa por haber nacido en una familia de clase media. Sentimiento de culpa que yo no tengo, por eso llevo mis ideas a mis ámbitos de trabajo. De estudio, de amistad, y en el aspecto amoroso también, haciendo que el anarquismo no sea una cosa de agitación militante por si misma, forzada, y que a mi criterio no se diferencia mucho del accionar de los testigos de Jehová, que van casa por casa molestando a la gente con su verdad revelada, sino el ejemplo de la semilla que vuela con el viento, y que germina o no de acuerdo al grado de receptividad de la persona a la que llega. Y si llega o no, ya no es mi problema.

Ir hacia el “pueblo” o hacia “los barrios” o hacia los sectores “populares”, si no somos parte de ese pueblo, de ese barrio y demás, es como aceptar que somos extraterrestres venidos de otro planeta. Yo no creo en ningún Dios, incluido el DIOS PUEBLO. No hay un solo pueblo, sino múltiples pueblos con diferentes intereses, y si la mayoría del “pueblo argentino” es extremadamente fascista, adora a Tinelli y se mata por el fútbol. Yo no me voy a llenar de olor a chorizan para parecer mas popular. La emancipación de los trabajadores /hoy podríamos agregar también a los/as desocupados/as) será obra de los trabajadores mismos; si no, no habrá emancipación. Y punto. Será así hasta que la gente reviente de mierda. Y si a la gente en general le gusta revolcarse en la mierda, ya no es mi problema. Esperaré tranquilo al asteroide que termine con todo, o alguna catástrofe mundial que tire las barajas de nuevo.

A veces escucho que “la revolución no es clasificar libritos” (me importa muy poco el intelectualismo en sí mismo) y cuando escucho eso me acuerdo de Perón, alpargatas sí, libros no, los descamisados y toda la demagogia asquerosa. Tampoco la revolución generalizada, por sí sola (me importa poco el insurreccionalismo en sí mismo). Creo que la militancia es todo eso en conjunto, sin jerarquizas las acciones compitiendo a ver quien es más agitador, más exaltado, más revolucionario, más intelectual, etc. Todo lo que podamos hacer, desde nuestra modesta categoría de individuos, sirve. Nadie es más que nadie.

Y la militancia no es una cuestión de deber, de sacrificio a una “causa” como si tuviera eso por encima de todo. La militancia para mí, es una cuestión que nace de las entrañas. Es un sentir de repugnancia permanente al ver un mundo tan asqueroso que no cambia nunca. si se ve que la militancia en realidad es una necesidad, una tensión que está adentro de uno/a, la idea de militancia no tendría sentido. Si existe una militancia, un querer demostrar otro mundo posible, otras verdades, es porque eso que tenemos dentro no está naturalizado por el común de la sociedad. Si el rebelarse fuera tan natural para todos como el respirar, nadie haría una militancia de la respiración.

Para mí la militancia es la imagen de esos jóvenes que trabajan casi todos los días por mantener los espacios anarquistas, que realizan una labor que no está escrita en ningún libro, y que es tanto o mas valiosa que la charla del intelectualoide pseudosanarquista que quiere generar una nueva división del trabajo, para la cual estos jóvenes le barren el piso y le preparan la mesa donde va a apoyar sus apuntes.

El mismo intelectual debe trabajar, de igual a igual, de forma anónima como trabajan los jóvenes que yo he visto trabajar en la biblioteca Ghiraldo, ya que es el caso de la biblioteca de la que soy parte. Jóvenes que a veces, por ser insurrecionalistas, primitivistas y demás, no son tratados de igual a igual por personas mayores mucho menos coherentes que ellos.

Para mí la militancia es lavar el plato en el que como, limpiar lo que ensucio, tratar con igualdad a los demás, e intentar mejorar todos los días en lo que pueda mis errores. De lo contrario, llegamos a los casos, cada vez más vistos, de “militantes” de un día de la semana, que parodian lo que quieren ser y no son, y que el resto de la semana se cagan en sus compañeras, novias, amigas, hijas/os, etc, haciendo como el hipócrita cristiano que va el domingo a misa a limpiarse la culpa de todas las maldades que hizo el resto de la semana. El anarquismo es integral, yo soy anarquista en casa, en el lugar de estudio o de trabajo, en la cama, en la asamblea, en el barrio y en donde sea, tratando de mejorar todo el tiempo, si en algo me equivoco. Si la idea de militancia existe, es porque aún tenemos que hacernos cargo de problemas que afectan a todos/as pero que la mayoría no quiere afrontar, y simplemente por eso. La militancia es desvivirse por los iguales, no porque lo diga tal o cual pensador, sino por que es lo que me sale del alma.




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Este articulo me gustó mucho.

2 comentarios:

suavelatigodulcepalpito dijo...

che muy bueno, me parece que es muy importante la idea de asumir los errores y tratar de modificarlo, pero hay que saber tambien que hay que avanzar y a veces la gente no te deja, no hay que tratar mal a nadie, hay que hablar con mucho respeto, igualmente no creo que todos seamos iguales, creo que todos somos diferentes, hay que asumir esas diferencias, y desarrollarlas, me parece muy ético de tu parte todo lo que planteas, pero a veces la realidad se te impone de tan forma que la ética no es suficiente, a veces la realidad no es ética como para hacer lo ético, igualmente todo vuelve, creo que lo que hicimos mal bien masomenos lo que hicimos y punto durante nuestra vida luego vuelve de alguna forma,o lo que nos hicieron, le vuelve al otro, por eso hay que tener en claro lo que se quiere en lo posible, y no ser un hijo de puta, no cagar al otro, me parece escencial, no sé si lo llamaría anarquismo, ya que es bastante amplia la palabra, yo lo llamaría, tener valores, educacion, saber respetar al otro, y realizarse uno tambien es fundamental, un saludo,

Laura Kisielewsky

Coalicion Civica dijo...

A mi también me gustó mucho ese artículo, gracias.
No sé si se trata de la militancia anarquista, creo que esas características son propias de todo militante. Peronista, radical, anarquista, socialista.
Sería impensable llamar militante a un empresario de Recrear.
Lo militante va más allá de categorías políticas, va directo a la condición humana. Es el que nace todos los días de nuevo. No voy a definirlo nuevamente, porque la definición está muy buena.
Es cierto que no todos somos iguales, el militante se comporta igual ante diferentes o similares.
Pero con la condición del respeto. Cuando no hay respeto los militantes no tenemos porque respetar. Porque tenemos que respetar a Bush si constantemente muestra su cinismo? Pero podemos respetar las diferencias de alguien que piensa distinto...
No coincido con lo que decían antes de que la ética no vale. La ética es la base de una nueva sociedad no sólo donde la palabra valga, sino la distribución del ingreso sea justa, etc.
Sino volvemos a la amoralidad del siglo XX, Hiroshima por un lado y los gulags por el otro.
Ya lo dijo la escuela de frankfurt, no lo voy a repetir yo.
un abrazo!
Si el camino es la victoria,
hasta la victoria siempre!
fran